No todos somos hijos de Dios aunque muchos piensen que sí. Más bien todos somos criaturas de Dios hechos a su imagen y semejanza. Ser hijo de Dios implica someternos a la soberanía completa del Creador, a través de una relación inseparable como discípulos de Cristo.
En Lucas 12:32 Jesús nos dijo: "No temáis manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha plácido daros el reino". La llama pequeña, porque la gran mayoría de las personas no están dispuestas a este sometimiento. Solo aquellos de verdadera fé, lo harán."
Cuando nos sometemos a la soberanía completa de Dios a través del don mesiánico, heredamos el reino. Ese sometimiento nos permitirá:
1. La participación en la soberanía ejercida sobre todo el mundo.
2. Compartir las bendiciones del reino. Todo ello dependerá de una relación actual con él Creador a través de su hijo.
Dios vino a buscarnos a través de su hijo, no porque fuese nuestro Padre, sino porque quería llegar a serlo. Fue Jesús quien nos enseñó que a través de él, de Jesús, seríamos hijos del Padre, y desde que llegó, nos enseñó a llamarle así, Padre nuestro. De manera que el reino de los cielos es de quienes conocen a Dios como Padre. De quienes el bien más elevado de la vida es el reino de Dios y su justicia y lo buscan frecuentemente.
En el antiguo testamento, Dios era el Padre de su primogénito: Israel. En el nuevo testamento, Dios no solo es el Padre de Jesucristo, su unigénito sino que es el Padre de todos los que tengan fé en Jesús y amen y se esfuercen por estar en el reino, no importando su nacionalidad. Para ser hijo de Dios hay que ser discípulo de Cristo.
Por otro lado, su unigénito hijo nos advierte que para entrar en su reino, debemos:
1. Aceptar a Cristo como nuestro salvador.
2. Nacer de nuevo a través del Espíritu Santo y
3. cumplir la ley en su nuevo aspecto, dentro del cual tenemos: amar a nuestros enemigos, bendecir a los que nos maldicen, hacer el bien a quienes nos aborrecen y orar por los que nos ultrajan y nos persiguen. Por lo tanto, la paternidad de Dios pertenece solo a los que han respondido al amor divino y se han sometido al reino de Dios.
Por último recordemos, que nuestro Padre hace salir el sol sobre los buenos y los malos, y hace llover sobre los justos y los injustos. Mateo 5:45.
Bendecido día.
Nos gustaría saber tu opinión al respecto. Déjala en los comentarios.
Bendecido día.
Nos gustaría saber tu opinión al respecto. Déjala en los comentarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario