Salmo 32:8
Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;
Sobre ti fijaré mis ojos.
32:9 No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento,
Que han de ser sujetados con cabestro y con freno,
Porque si no, no se acercan a ti.
Los versículos en referencia, nos recuerdan que al igual que el pueblo de Israel divagó cuarenta años por el desierto como consecuencia de su desobediencia y de su pecado, retardando la entrada a la tierra prometida, de la misma manera, nosotros podemos estar divagando por este mundo alejados de Dios.